Friday, 03 de May de 2024


+ Obama, CIA, torturas, Oscar, Osama + Dicen no a heroína real de Zero Dark




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Para Lulú y Chonita, dos mamás indispensables

Una profunda crisis interna agobia a la Agencia Central de Inteligencia de los EU (CIA, por sus siglas en inglés) por el expediente abierto de torturas a prisioneros que llevaron al asesinato del líder terrorista Osama bin Laden, con efectos en la geopolítica de EU y algunos chicotazos en México.

 

 

Si en los EU hubo alegría por la muerte del responsable de los terribles ataques criminales del 9/11 de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y tres aviones comerciales de pasajeros, la cola política sigue resquebrajando la fortaleza de la CIA: la agente responsable de la operación de tortura para obtener el sitio de refugio de Bin Laden había sido apenas designada jefa de servicios clandestinos, pero esta semana fue marginada.

 

 

Y si bien los estadunidenses tienen aún mucho que agradecerle al profesionalismo de la funcionaria de inteligencia y su pasión en la cacería del líder terrorista de Al Qaeda, el nuevo director de la CIA, John Brennan, tuvo severos problemas en el congreso para obtener la confirmación. Senadores de los dos partidos lo censuraron duramente por ser el responsable del programa de aviones asesinos drones, el programa de torturas y el programa autorizado por el presidente Obama de asesinato de terroristas.

 

 

El caso de Brennan y la misteriosa oficial de inteligencia que atrapó a Bin Laden --dibujada como la heroína en la película Dark Zero Thirty de la cineasta Kathryn Bigelow-- podría llevar a un conflicto tipo Watergate: el tropiezo final del presidente Nixon ocurrió cuando entregó cintas grabadas en la Oficina Oval pero con 18 minutos borrados. La recién nombrada y luego destituida jefa de operaciones clandestinas de la CIA habría sido la responsable de haber destruido las cintas en las que se grababan torturas a prisioneros árabes y que involucraban al agente José Rodríguez, de acuerdo con información publicada en varios medios, sobre todo el The Washington Post.

 

 

El asunto tiene varias derivaciones, no sólo la mala suerte para la oficial de inteligencia heroína en la película Dark Zero pero que fue quemada --en lenguaje de inteligencia-- precisamente por hacerla más visible en la película, y más cuando el propio Congreso citó al director interino de la CIA a audiencias secretas para tener más datos del programa de torturas porque en la película se agradecía el apoyo de la agencia de espionaje en la aportación de datos.

 

 

La otra derivación hablaría de las relaciones sospechosas de algunas instancias de comunicación con la comunidad de los servicios de inteligencia. En los premios de la Academia, Zero Dark se quedó sin ninguna estatuilla y la mejor película --otro ejemplo de la propaganda de los servicios de inteligencia-- la ganó Argo, basada en otra operación exitosa de la CIA durante la crisis de los rehenes en Irán 1979-1981.

 

 

Y hubo una tercera. El periodista Greg Miller, del The Washington Post, fue finalista --junto con sus colegas Karen DeYoung and Julie Tate-- en la categoría de reportajes nacionales de los Premios Pulitzer por sus revelaciones sobre la existencia de los drones para el asesinato de terroristas, un tema vinculado estrechamente al tema de las torturas a terroristas, pero el galardón lo obtuvieron periodistas de un diario local por denuncias sobre contaminación ambiental.

 

 

La designación de un nuevo jefe de operaciones clandestinas de la CIA desplazó a la heroína del asesinato de Bin Laden, quien apenas duró unas cuantas semanas en el cargo, al parecer nombrada sólo como premio temporal. De todos modos, la caída de la oficial de inteligencia en la Operación Gerónimo ha revelado conflictos al interior de la oficina de inteligencia, podría ser un factor para desalentar la entrega de los agentes en operaciones sucias de la agencia y revelaría pasos en la azotea de la CIA provenientes del Congreso.

 

 

El nuevo director John Brennan fue aprobado con muchas restricciones, pero el Congreso aún no cancela el expediente de las torturas que fue avalado por el procurador Donald Rumsfeld del gobierno de George W. Bush pero luego mantenido por el gobierno del presidente Barack Obama. La Operación Gerónimo se realizó justamente en el gobierno de Obama, contó con todo el apoyo de la Casa Blanca y siempre se tuvo la certeza de que se trataba de una cacería humana basada en la tortura a algunos terroristas árabes encarcelados en Guantánamo, la cárcel que por cierto Obama prometió cerrar y sigue y seguirá abierta para tener ahí a prisioneros sin cumplir con el respeto a los derechos humanos que los EU exigen a los demás países y ellos no cumplen.

 

 

El desplazamiento de la heroína real de la cacería de Bin Laden busca alejar de la CIA un poco las pesquisas del Congreso que involucran aún al nuevo director de espionaje Brennan. Senadores demócratas y republicanos han bombardeado a la CIA exigiendo información y responsabilidades en el programa de torturas e inclusive, reveló el The Washington Post, el pasado 7 de mayo la senadora Dianne Feinstein, demócrata por California y presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, llamó al director Brennan para plantear sus preocupaciones por el hecho de que una persona estrechamente ligada al tema del uso de torturas en prisioneros extrajudiciales pudiera estar al frente de la operación de servicios clandestinos de la agencia y por la posibilidad de que la tortura pudiera ser ya práctica común en la CIA.

 

 

El asunto es de interés internacional por el hecho de que las operaciones clandestinas de la CIA se realizan en todo el mundo y sobre todo en zonas geopolíticamente calientes --como México-- y por la prioridad del terrorismo como el factor de justificación para la intervención de los EU --vía la CIA-- en países clave de la seguridad nacional de Washington. Ahora mismo, al calor de la lucha contra el crimen organizado, la CIA ha incrementado sus actividades en México y de México hacia Centro y Sudamérica.

 

 

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